Déjame tocar tu corazón.
Mis manos son torpes,
mis pasos indecisos,
mis ojos aun no divisan el horizonte
pero sé que puedo llegar a ti.

Lo haré.
Seré más fuerte, más decidida y más feliz,
por que me protegeré con una armadura,
cubriré mi rostro con una máscara,
y sobre ella dibujaré una sonrisa.

Te prometo que cuando deje de ser capullo
y me convierta en flor,
te regalaré mi frescura y mi color.
Todo lo bueno que yo posea entonces
será para ti.

Te prometo que si te aventuras
a dejarme reposar en tu paz
no guardaré para mi
ni los cimientos que me dan vida.

Yo te prometo,
te juro,
que si me dejas,
te daré la tierra.