Se me perdió la brújula
¿Dónde encontraré un norte que me guíe?
Quizá entre el contenido mohoso
del baúl que guarda mis sueños…

A veces no tengo ganas de levantarme,
de caminar,
de respirar.
A veces la melancolía se come las ganas.

Cambiaría mi facultad de lanzar rayos con la mirada
por la de encontrar el camino donde quiera que me encuentre.
Cambiaria horas de aplausos recibidos
por un segundo de amor verdadero,
y preferiría morir mil veces de ataques de risa
que vivir mil vidas controlando el llanto.

A veces me digo las verdades
y pienso que desvarío,
a veces me digo mentiras cómodas
y me las creo como una idiota.

¿Por qué las mujeres sí podemos llorar?
¿Porque el prejuicio estúpido que padecen los hombres
no nos toca a nosotras también?
Así por lo menos tendríamos una excusa para reprimir el llanto,
así no nos entregaríamos con tanta facilidad a las lágrimas…

Es difícil guiarse en un mundo tan complicado.
Es difícil continuar.
Es difícil  dirigir nuestros pasos por el camino correcto,
es difícil no perderse.

Y quedar sin rumbo…